Así era Sancho Gracia hace 47 años en 'Curro Jiménez': de su infancia en Uruguay a su matrimonio con Noela Aguirre

Aunque a día de hoy el nombre de Sancho Gracia está irremediablemente unido al de su nieto Daniel Sancho, para quien la policía tailandesa pide pena de muerte por el asesinato de Edwin Arrieta, el apellido Sancho está relacionado con una importante estirpe de actores de nuestro país. Así, en 1976, en plena Transición española, Sancho Gracia se convirtió en uno de los rostros más queridos de la televisión española por su papel protagonista en 'Curro Jiménez'.

Con unas patillas características y acompañado de otros grandes actores como Pepe Sancho, el personaje a lo Robin Hood de Sancho Gracia se convirtió en el bandolero más querido en la televisión. Su interpretación de Francisco Jiménez, el barquero de Cantillana que se convirtió en bandolero y forajido de la ley al matar a varias personas defendiendo los derechos de su pueblo, le valió el TP de Oro a Mejor Actor Nacional en 1977 y el Premio Ondas de 1978.

Pero antes de poder ser considerado profeta en su tierra, a Sancho Gracia le tocó probar suerte en el extranjero. Nacido en el año de la guerra, en 1936, su verdadero nombre era Félix Ángel Sancho Gracia. Sin embargo, para empezar su carrera como actor decidieron convertir sus apellidos en su nombre artístico. Antes de que el éxito llamara a su puerta, tras una carrera profesional prolífica y hábilmente labrada, tuvo que exiliarse junto a su familia.

Cuando Sancho Gracia tenía 11 años, su familia se exilió a Uruguay para afincarse en el país sudamericano. De esa forma, el actor y los suyos consiguieron esquivar la difícil situación que atravesaba España en aquellos años. Además, tal y como el actor narró al diario 'La Región', la integración en Uruguay fue muy buena.

“Yo la verdad es que tuve mucha suerte. Fui muy bien acogido y me integré enseguida. Es cierto que, además, me dejaron integrarme, así que Uruguay es un país al que quiero mucho y con el que todavía ahora mantengo muy buenos lazos”, explicaba en la anteriormente citada publicación. En esas mismas páginas, Sancho explicó que a su vuelta a nuestro país también tuvo muy buena acogida y pronto se adaptó a la época que vivía España, aunque con un poco de mayor dificultad de cuando era solo un niño y cruzó el charco.

“Sí, sí, fue un poco más difícil porque regresé con 27 años y lógicamente yo no había vivido las vicisitudes que se habían vivido en España, y creo que por eso me resultó más difícil integrarme. Pero bueno, con el tiempo también lo conseguí”, afirmaba el intérprete.

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Fue precisamente en Uruguay donde Sancho Gracia encontró sus dos grandes amores: la interpretación y su mujer, Noela Aguirre Domensoro. Aunque el mundo de la actuación le trajo grandes alegrías al actor y la popularidad en una época en la que convertirse en icono televisivo era muy importante por la fama adquirida en nuestra sociedad, el amor y la familia han marcado la vida del actor.

Junto a la uruguaya Noela Aguirre Domensoro formó una bonita familia en la que sus hijos lo eran todo para él. Primero Rodrigo, seguido de Rodolfo, el padre de Daniel Sancho, que hoy es noticia, y por último Félix. Noela, hija de un destacado político del Partido Nacional de Uruguay, fue la persona que durante más de 35 años supo ver al hombre detrás del mítico actor.

Aunque Sancho se crio en Uruguay y Noela era uruguaya, el destino quiso que se conocieran en España. De hecho, ella era periodista y se encontraba entrevistando a los actores más famosos de nuestro país cuando se conocieron. El flechazo fue instantáneo y se convirtieron en marido y mujer mediante poderes en 1969, con Adolfo Suárez como padrino. El político fue un importante amigo de Sancho, al que conoció cuando era director de Televisión Española, antes de emprender su carrera política.

Aunque por su imponente físico y atractivo no le faltaron pretendientes, el intérprete vivió una vida muy diferente a la de sus papeles de televisión y cine en cuanto al amor. De hecho, en las circunstancias más complicadas de la vida del actor, como cuando en 2001 fue operado para extirparle un tumor cancerígeno en el pulmón y acto seguido se tuvo que someter a un duro tratamiento de quimioterapia, su mujer siempre estuvo a su lado.

"Mi mujer, mis hijos, mis amigos fueron básicos para que saliera adelante, han estado conmigo al cien por cien; pero, sobre todo, mi señora, Noela: me he salvado gracias a ella, ha sido básica para mi restablecimiento", advertía el actor en una entrevista con la agencia EFE cuando acaba de cumplir 66 años. Juntos supieron triunfar y mantenerse unidos para enseñar a sus hijos los valores de la vida.

Una vida en la que a los hijos del actor no les faltó de nada. Convertido en icono de toda una generación y bien considerado entre el círculo socialista de la época, una época en la que Felipe González o Adolfo Suárez configuraban la élite del país en muchos ámbitos, Sancho Gracia y su familia disfrutaban de veranos a caballo entre Campoamor (Murcia) y Pías, el pueblo natal del actor en Galicia.

Pero con todo y con eso, el actor era ante todo esposo y padre y siempre miró por el bienestar de los suyos. De hecho, aunque sus tres hijos habían crecido entre rodajes, no era lo que más deseaba para ellos, por el miedo a la inestabilidad que este sector supone.

"Mi padre deseaba que estudiara para abogado porque este oficio es muy inestable y no quería que yo pasara por lo mismo que él. Pero también le apetecía que recogiera su testigo como actor. Y cuando terminé mis estudios de COU, empecé a formarme en interpretación y hasta hoy", explicaba Rodolfo, el único de los tres hermanos que ha seguido los pasos de su padre, sobre sus inicios en la interpretación en 'Mujer Hoy'.

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Sin embargo, aunque a Sancho Gracia le preocupaba que su hijo lo pasara mal como actor, lo cierto es que también le hacía especial ilusión que siguiera sus pasos. Cuando a los 19 años Rodolfo Sancho se convirtió en padre de Daniel junto a la aspirante a actriz, Silvia Bronchalo, Sancho Gracia se convirtió en un entregado abuelo para su nieto.

Por todo esto, además de ser recordado como uno de los mejores actores de su tiempo y por sus múltiples galardones en el mundo del cine, la televisión y el teatro, Sancho Gracia triunfó de igual manera en su faceta personal. Cuando la muerte llegó para el intérprete en 2012 a causa del cáncer de pulmón con el que batalló durante años, todos sus hijos, su mujer, su hermana y su sobrina estuvieron con él hasta el último de sus alientos.